Con un tiempo preciosos y un sol radiante, niños llegados de distintos puntos de la diócesis se dieron cita en el quiosco del Boulevard donostiarra, de donde partieron, a pie, hacia el Paseo Nuevo. Primera parada y  llamada a ser misioneros a todos los viandantes, en la escultura de Oteiza. Y desde allí, cantando e invitando a todos a participar, hasta la Paloma de la Paz de la Zurriola. 

De allí, los niños seguieron ruta, sin desfallecer en su afán por compartir y difundir el mensaje misionero y por fin llegaron hasta el colegio de los Jesuitas de Gros, donde desde el mediodía y hasta bien entrada la tarde se llevaron a cabo   juegos, actividades y talleres diversos.

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